Mantenimiento
Antes de empezar a utilizar su nuevo wok, tiene que "quemarlo". En realidad, esto significa crear un revestimiento antiadherente, ya que los woks de metal no lo llevan de serie.
Cuando reciba su sartén wok, ya vendrá engrasada con aceite de fábrica. Esto es para evitar que la sartén se oxide por el camino. Primero debe fregar esta capa con un estropajo y agua. Una vez hecho esto, ya puedes empezar a calentar el wok.
Pon el wok a fuego fuerte y deja que se caliente durante 1 minuto aproximadamente. Sabrás que el wok está suficientemente caliente cuando dejes caer unas gotas de agua sobre el wok y éstas se evaporan inmediatamente. Retira el wok del fuego y vierte 2 cucharadas de aceite de girasol en la sartén del wok. Mueve la sartén para que toda la superficie quede cubierta por el aceite.
Ahora es el momento de dorar la sartén una vez más. Vuelve a poner la sartén a fuego fuerte y sigue girándola para que se caliente toda la superficie. Durante este paso, la sartén empezará a tomar un color un poco más oscuro. Haga esto durante unos 15 o 20 minutos.
Después, vuelva a lavar el wok sólo con agua y un cepillo grueso y séquelo poniéndolo a fuego lento durante 1 ó 2 minutos hasta que ya no quede agua en la sartén.
Si quieres guardar el wok durante más tiempo, asegúrate de engrasar bien la sartén con un aceite natural. De lo contrario, corres el riesgo de que se oxide.
Lavado
Lave siempre el wok sólo con agua y una esponja, nunca con detergente líquido. Esto se debe a que con el detergente se elimina el revestimiento antiadherente. De este modo, queda una fina capa de grasa. No seque el wok con un paño de cocina, sino póngalo a fuego lento durante 1-2 minutos hasta que se haya evaporado toda el agua. Esa capa grasienta se absorbe más en la sartén cuando se calienta, lo que ayuda al revestimiento antiadherente.